Escribía
hace unos días un dirigente de uno de los sindicatos mayoritarios que el
Primero de Mayo "era un ritual, no un acto rutinario". No se lo vamos a discutir,
aunque sospechamos que es así para muchos de los que salen a la calle y se unen
a ellos (algunos sin pegatinas, ni banderas, ni pancartas de ninguna clase), pero
no para algunos de los que “por obligación” deben asistir a su acto más simbólico. En cualquier caso, sea de una
forma o de otra, lo cierto es que de igual modo los medios de comunicación utilizan
esta fecha para meterse con ellos, unos como ritual y otros como un acto rutinario.
Cómo
podrán imaginar las hay para todos los gustos. Las de siempre, las de todos los
años, y las que en vez de recurrir al insulto fácil, hurgan una y otra vez en
las heridas de los sindicatos (especialmente de CCOO y UGT) que van desde los
que declaran como primer acto del Primero de Mayo su visita a la Moncloa un día
antes, pasando a los que les recuerdan cómo aplican a sus trabajadores la reforma
laboral que tanto denostaban y por la que convocaron una huelga general, hasta llegar a los que les atribuyen ser más útiles para los
empresarios que para los trabajadores, atreviéndose a decir que a UGT le acaban de salvar sus maltrechas cuentas algunos de los grandes
empresarios de este país, a cambio de facilitarles sus respectivos ERES. Muy grave
de ser cierto.
Mientras,
ellos, cumplido el ritual del Primero de Mayo y tras el largo puente, volverán al acto
rutinario de defenderse, echando mano del argumentario
que repiten como un mantra, aunque incapaces e impotentes (“in-im” como llama
Méndez a los empresarios), de desmentir a unos y a otros.
Fuentes:
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