Este era un país, en el que en
aplicación de la justicia universal, se había procedido a la incoación de
procedimientos judiciales que de forma modélica acababan con la impunidad de
dictadores, asesinos de masas y otros miserables que se suelen ir de rositas en
sus países.
Pero mira por dónde, a los neoliberales franquistas españoles les
molestaba que el juez Garzón en función de dicha aplicación investigara los
crímenes del franquismo y consiguieron apartarlo de la judicatura (ahora hay
una causa abierta por los mismos hechos desde Argentina), y a esto se añadió
que el juez Ismael Moreno comenzara en el año 2006 a investigar el genocidio
tibetano producido por los dirigentes de la China comunista en los años ochenta
y noventa, resultando imputados en dicha causa varios mandatarios y dos
expresidentes de dicho país.
Como la China actual, (un país, dos sistemas) es
en estos momentos una de las principales potencias económicas del planeta, se
procedió desde el ministerio del “progre” Gallardón a hacer una reforma en la
ley, que permitiera acabar con el principio de justicia universal y no molestar
a tan altos personajes, dictadores, asesinos de masas y distintas malas bestias
con los que algunos hacen negocios.
Tan rápido y chapuceramente se ha hecho
todo, que la ley reformada ha resultado un bodrio de tal calibre, que su
resultado está siendo de momento, la puesta en libertad de numerosos
narcotraficantes (29 hasta el momento). Mal está que haya producido éste
efecto, pero, sinceramente, es peor que queden en libertad e impunes los altos
gobernantes que habían sido imputados.
Una vez más, los asesores y
leguleyos oficiales se han lucido…y siguen en sus puestos y con sus altísimos
salarios. Del ministro ni hablamos.¡Qué país!
Revista El Jueves
Fuentes:
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