Debemos admitirlo, desde el gobierno y altas instancias de este país no
descansan ni un minuto en pro de perseguir a los corruptos y en generar ideas que
permitan acabar con ellos.
Escandalizados por los casos de corrupción y cansados de que sus últimas
medidas basadas en las últimas tecnologías no dieran los frutos esperados, han decidido
volver a los sistemas tradicionales de siempre: los buzones y los espías.
Para acabar con las malas prácticas en la formación subvencionada, el
Ministerio de Empleo y Seguridad Social, cuya titular es Fátima Báñez, pondrá a disposición de los ciudadanos un buzón
de denuncias para que todo aquel que conozca a alguien que se está
aprovechando de forma fraudulenta de los cursos de formación gestionados con
dinero público pueda denunciarlo.
Y para combatir las malas prácticas de los bancos en la comercialización
de sus productos financieros, la CNMV, que preside Elvira Rodríguez,
enviará espías, inspectores de incógnito, que se harán pasar por
clientes para comprobar de
primera mano cómo les atienden y asesoran.
Inspector de la CNMV de incógnito
No me negarán que no piensan…
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