No hay día en que los postmodernos seleccionadores de personal, con sus “novedosas” técnicas para realizar procesos de selección, no hagan de las suyas.
Esta vez se trata de un proceso para un
puesto de agente comercial en la empresa Ecoline 2010, en Mataró, al que
aspiraban unas 40 personas.
El proceso de selección, de varios días
de duración, con sesiones de motivación incluidas, tuvo su culmen en el tercer día,
en el que en una gran sala con menos sillas que aspirantes, les hicieron “el
juego de la silla”, descartando así a los aspirantes que no conseguían sentarse
cuando paraba la música.
Después, con menos aspirantes, los dividieron en tres grupos y el directivo de dicha empresa, antes de lanzar al aire el billete de 50 euros que llevaba en la mano, dijo que sería para aquél que lo cogiera, como “parte de su primer sueldo”.
Los aspirantes se abalanzaron y una de
ellas sufrió una caída que le produjo varias lesiones que la incapacitaban para trabajar. Ese mismo día, sin embargo,
la empresa le hizo un contrato indefinido a tiempo parcial, despidiéndola a los
dos meses por no superar el periodo de prueba.
La trabajadora demandó a la empresa y así
se ha conocido el “original” proceso de selección, en el que se sintió “humillada,
vejada y maltratada”, según sus propias palabras en declaraciones a El Mundo.
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